Tienes delante el libro de texto y las notas tomadas en clase. Aunque hay algunos autores que recomiendan no pasar a limpio los apuntes de clase, tiene más ventajas hacerlo que omitirlo: es una buena forma de obligarte a sintetizar, repasar y ordenar todas las ideas.

Ya tienes tu lugar de estudio. Ya sabes cómo han de estar dispuestas las cosas para favorecer el trabajo. Ya has hecho tu horario de trabajo y has asistido a clase. Llega ahora el momento de enfrentarte en soledad al estudio.

¿Por dónde empezar?

PROGRÁMATE

Antes de ponerte a estudiar, deberías formularte tres preguntas:

Hay muchas formas de prestar atención y mantenerla en la clase, nos fijamos en algunas de las más eficaces.

Si quieres mantener la atención en clase, provócala. Sitúate en un buen lugar del aula, procura no tener impedimentos para ver y oír al profesor o a quien hable; para ver la pizarra o la pantalla.

Mira al profesor, no te centres sólo en lo que tienes en tu mesa. La mímica, el lenguaje no verbal, también comunica y te está transmitiendo información.