Cuando sonó la alarma, toda la comunidad educativa mostró que estaba bien preparada: evacuaron el colegio de forma ordenada y rápida. En solo 6 minutos y 58 segundos, el edificio quedó completamente vacío.

Aunque todo salió bastante bien, hubo algunos errores. Este año se añadieron avisos indicando que no se debía usar una escalera específica para evacuar, pero algunos no lo respetaron. En una situación real, eso podría ser peligroso. Aun así, como se trataba de un simulacro, lo importante era aprender qué hacer y detectar los fallos para que no se repitan.

Lo positivo es que todos sabían por dónde ir, y además mantuvieron la calma y el orden, incluso cuando algo no salía como estaba previsto.

Ya en el punto de encuentro, se hizo el recuento para asegurarse de que nadie faltaba.